Sunday, May 11, 2008

La " Autoridad " y sus estupideces

En estos días después del puente del Primero de Mayo me preguntaba cuales son las medidas más absurdas o mejor el comportamiento más absurdo de la llamada “autoridad”, que este caso se puede aplicar para un Ministro, un celador, un supervisor de cualquier entidad o hasta un bobo con poder.
Por el momento tendremos el top 4 de estas medidas o comportamientos.
1. No soy el primero en proponerlo, ni el primero en denunciar la doble linea en todas las carreteras de Colombia. José Clopatofsky en la Revista Motor ya está cansado de criticar esta medida, de denunciarla y tratar de racionalizarla. No ha logrado ni lo uno ni lo otro. Según sus cálculos si un conductor juicioso la aplicara de manera rigurosa un viaje de Bogotá a Girardot tomaría de 6 a 8 horas, sin parar. Lo más interesante de esta medida sería saber quién es el “científico” que decide donde pintar la doble línea amarilla y con que criterio lo hace. Muy posiblemente este “científico” ni siquiera tiene licencia de conducir.
2. A nivel local, en la ciclovia Bogotana, algún genio - no lo suficientemente reconocido por la humanidad - decidió prohibir que los ciclistas pudieran transitar por los puentes y la “autoridad” obligan a los ciclistas a bajarse de la bicicleta y subir y bajar el puente caminando con la bicicleta a cabestro. Alguna vez pregunté el motivo y un policía me contesto, con la actitud de quién posee la verdad absoluta, que era para evitar accidentes pues algunas personas se cansaban subiendo el puente y que bajando podían coger mucha velocidad y atropellar a alguien. Obvio, luego de tan profunda e inteligente explicación no pregunté más y quedé convencido. Por un lado las “autoridades” evitan que los ciclistas se cansen subiendo el puente y evitan que en la bajada usen los frenos y por lo tanto el ahorro en los mecanismos de frenos es importante. Sin embargo he visto gordas inexpertas subiendo los puentes en patines y tratando de mantener el equilibrio cuando comienza la bajada. Considero que es más peligroso una gorda inexperta bajando un puente en patines que un ciclista, con o sin frenos, bajando el mismo puente. Deberían obligar a los que van en patines a quitarse los mismos en la subida y volvérselos a pones luego del puente. De esta forma lograrían incomodar, mortificar e importunar al ciudadano común que es una de las premisas fundamentales de cualquier “autoridad” colombiana.
3. No sé si ustedes se han fijado que siempre que un carro de alguna “autoridad”, entiéndase Policía Nacional, Policía de Tránsito, Policía de Carretera o hasta los Bomberos tienen las luces rotativas –conocidas como licuadoras- instaladas en el techo necesariamente los genios que conducen estos vehículos tienen que transitar con ellas prendidas. No importa si es una emergencia o le están haciendo un mandado a la esposa del general de turno, lo importante es en todo caso demostrar la autoridad y esto se logra con la “licuadora” prendida. En los países desarrollados solamente la autoridad enciende estas luces cuando hay una situación que así lo amerite, en Colombia es solo hecho de tener el vehículo rodando por una calle o carretera pareciera ser suficiente motivo. Estoy seguro que la importancia, dentro de la llamada institución, de la persona que maneja el vehículo aumenta considerablemente cuando usa permanentemente la llamada licuadora.
4. El carnet y el sello. La realización de cualquier trámite en entidad pública y algunas privadas siempre va a ser una aventura que le puede traer todo tipo de sorpresas. Se comienza a la entrada cuando un celador le pide una identificación para poder entrar. Aceptan cualquier tipo de documento con foto. Basta con imprimir en la impresora de la casa un carnet de la Asociación Colombiana de Chóferes de Submarinos, ponerle unos datos como nombre, ocupación e identificación falsos pero que la foto coincida y luego laminar dicho carnet para que se convierta en identificación válida para entrar a todo tipo de edificios públicos o privados. Es muy posible que en la mitad del trámite le pidan el sello. El sello de qué? pues el sello de caucho! No importa si usted ahí si muestra su verdadera cédula para que quede un registro de quién está realizando el trámite. Es necesario el sello. No importa que un sello de caucho se pueda hacer en cualquier papelería de barrio sin ningún tipo de control. Lo importante es pedir un sello. No importa que el sello esté borroso y no se pueda leer nada. Lo importante es pedir un sello. Alguna vez a mi me pidieron un sello para realizar un trámite en Davivienda del Centro Andino en Bogotá. Como no tenía sello y el funcionario de turno insistía en pedirme un sello le pedí la almohadilla y le estampé las huellas digitales de mis 10 dedos en el documento donde me pedía el bendito sello. No sirvió. Me seguía pidiendo un sello. Le explique que el sello se puede hacer en cualquier papelería mientras que las huellas digitales son únicas, inalterables y que con ellas la Registraduría podría identificarme plenamente en caso de que estuviera cometiendo un ilícito. No sirvió. Necesitaba un sello. Finalmente la gerente de la sucursal salió de su flamante oficina y haciendo uso de su autoridad y sabiduría autorizó el tramite, eso si advirtiéndome al final que la próxima vez trajera el sello. Desde entonces no he tenido que volver a Davivienda a llevar el bendito sello. Quién se inventaría el famoso sello? Es este sello el resultado de nuestra herencia española? En Estados Unidos o Europa no piden sellos de cauchos para formalizar un trámite. Los sellos que allá existen se consiguen en cualquier papelería y dicen copia, archivado, pagado, recibido, enviado, etc… algunos de ellos hasta con fecha pero nunca son un requisito para realizar un trámite. El sello personalizado no existe. El sello y el carnet son otros 2 ejemplos del ejercicio del poder por parte de la autoridad respectiva o en este caso, peor aún, de un bobo con iniciativa.

1 comment:

Anonymous said...

1. es verdad, no tiene lógica. Como mucho en el país del sagrado corazón.
2. Tristemente la experiencia ha hecho que tengan que tomar esa ridícula medida para proteger a los ciudadanos de su propia imprudencia y estupidez. Una medida ridícula pero necesaria, tristemente.
3. Aquí la "autoridad" no sabe lo que es autoridad ni coherencia. Nadie los respeta precisamente porque el respeto no se impone sino que se gana. No son coherentes: por ejemplo los policías de tránsito son los violadores #1 del código de tránsito.
4. Toda la razón, medidas de seguridad que francamente no sirven para nada.
5. Incriba su blog en blogalaxia para poder seguirlo en el futuro, hoy llegué, mañana quien sabe.